Es difícil soñar a lo grande estos días cuando sentimos la amenaza de un virus que puede acabar con los proyectos vitales que nos habíamos diseñado. Nuestras preocupaciones y prioridades han dado un vuelco de 180 grados. Está pasando un tsunami por muchas de nuestras vidas. Hemos pasado de sentirnos seguros y controlando todo a nuestro alrededor, a tener miedo y sentirnos desprotegidos. Este miedo nos puede llevar a una negatividad sumida en la queja, en la culpa, en el estrés, centrada en el YO y en cómo salir de la situación para mi mejor beneficio. Pero la actitud, con voluntad, esfuerzo y meditación, se puede modificar, se puede tornar en positiva y activa.

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