¿Qué te mueve a la hora de venir, entrar en un aula, y compartir tu experiencia con nuestros alumnos?

Lo que más me mueve es algo que desde hace muchos años me preocupa, y es el poder llegar a las nuevas generaciones. El tener la oportunidad de transmitir a los más jóvenes nuestra experiencia personal y el qué ha sido ETA, y el cómo se ha convivido en el País Vasco con el terrorismo… Me parecía que la mejor manera de contárselo a los más jóvenes era haciendo este ejercicio, compartiendo mi testimonio en las aulas. Siempre he creído, además, que es una asignatura pendiente para los diferentes gobiernos, para que se implantara en los programas educativos correspondientes a cada curso. Pienso que es algo muy importante y una oportunidad que no debemos perder como sociedad.

Te enfrentas, sin duda, a un público muy distinto, jóvenes que no han vivido esta parte de nuestra historia… ¿Por qué es importante que la conozcan?

Afortunadamente no la han vivido… Pero si, es fundamental que la conozca. No solo porque forma parte de nuestra historia, de una historia muy trágica, si no también para que aprendan de los valores y principios que representan las victimas del terrorismo. Yo creo que las víctimas del terrorismo de ETA son un ejemplo de dignidad, de coraje, de ejemplo de la defensa de la libertad de todos nosotros. Y eso es algo que tienen que conocer.

¿Cuál es el principal mensaje que quieres transmitir?

Yo les hablo principalmente de Gregorio Ordóñez, pero no porque fuera mi marido, si no por lo que representa. Gregorio Ordóñez fue muy importante, porque fue alguien que por primera vez empezó a hablar de enfrentarse al terrorismo. Él decidió devolvernos la dignidad a los ciudadanos, romper el silencio y romper el miedo. Creo que ese valor y esa defensa de la libertad y honestidad son un ejemplo para cualquier ciudadano.

¿Es difícil para ti revivir una y otra vez todo lo que sucedió cuando te enfrentas a estas charlas?

Es duro, pero al mismo tiempo sé que es necesario, y en esa balanza tiene más fuerza el sentir que va a ser útil. Además, el pensar en Goyo es algo que también me produje una gran satisfacción.

¿Qué respuesta suelen tener los chicos?

La verdad es que es fantástica. Son chicos que te escuchan en silencio, que muestran interés, que te preguntan… Me parece que es una generación fantástica y estoy encantada de tener la oportunidad de compartir mi experiencia con ellos.