Para nosotros, los profesores y personal del colegio, este tiempo es un periodo de reflexión, de ideas para mejorar en el cuidado y acompañamiento de nuestros alumnos. Es un momento para pensar, crear y buscar cómo poder motivar y ayudar en su proceso de desarrollo personal. Volvemos con el fin de dar el máximo de nosotros mismos para cada uno de nuestros alumnos, para ser algo más que meros espectadores de su crecimiento. Queremos ser partícipes, saber que algo nuestro ha quedado en ellos y que algo de ellos siempre queda en nosotros.

No solo enseñamos nosotros, cada alumno deja una huella imborrable en nuestros corazones y nos van formando, transformando, cambiando haciéndonos mejores profesionales e incluso, haciéndonos saber qué por muchos años de experiencia, en este terreno estamos constantemente aprendiendo.

Éste es el propósito de este año, abrir nuestra mente y corazón para aprender de cada uno de nuestros alumnos, mirar más allá de una nota, un comportamiento, mirar en su interior, llegar a él y transformarlo desde dentro. Con todas nuestras energías puesta en este año que comienza, queremos desear que esta ilusión que tenemos en nuestro proyecto educativo se refleje en alumnos felices capaces de superarse en los retos que se vayan encontrando; además de que en cada uno de sus actos  se sienta el espíritu Montesclaros.

¡Somos Montesclaros!